Por Germán Muchico, especializado en economía y comercio internacional
El primer año de la gestión del presidente Javier Milei ha estado marcado por una serie de reformas significativas en el ámbito del comercio exterior. Estas medidas, que buscan modernizar y flexibilizar la operatoria internacional, han generado tanto avances como nuevos desafíos para el sector. En este contexto, analizamos los cambios implementados y su impacto en la economía argentina.
Un nuevo rumbo para el comercio exterior
Desde su asunción, el gobierno de Milei ha impulsado una serie de políticas orientadas a dinamizar el comercio exterior. Una de las primeras acciones fue la regularización de la deuda financiera de las pymes con proveedores del exterior, lo que permitió restablecer la confianza en las relaciones comerciales internacionales. Además, se implementó un esquema de pagos diferidos que, aunque ajustado, ha demostrado ser efectivo en cumplir con las obligaciones contraídas.
Otra medida destacada fue la reducción de aranceles para la importación de insumos y productos terminados esenciales. Esta decisión no solo ha facilitado el acceso a bienes críticos para la producción local, sino que también ha contribuido a ordenar el funcionamiento de la economía.
La eliminación del impuesto país y sus implicancias
Uno de los anuncios más relevantes fue la eliminación del impuesto país, que entrará en vigencia a partir del 23 de diciembre. Este tributo, que gravaba las operaciones en moneda extranjera, generaba distorsiones en la competencia entre productos nacionales e importados. Su eliminación no solo reducirá los costos para los consumidores finales, sino que también planteará un nuevo escenario para la industria local, que deberá adaptarse a una mayor competencia.
Plazos diferidos y el problema de los fletes internacionales
En materia de importaciones, se estableció un plazo de 30 días para los pagos diferidos a partir de la nacionalización de la mercadería. Además, se habilitó la posibilidad de cancelar de forma anticipada el 20% del importe total en el caso de bienes de capital. Estas medidas han agilizado la operatoria, pero persiste un problema crítico: la normativa que impide transferir los fletes internacionales al exterior en el momento del arribo del medio de transporte.
Esta restricción, que obliga a esperar entre 30 y 90 días para realizar los pagos, representa un obstáculo significativo para la operativa diaria. Los agentes de carga internacional, que tienen límites de crédito, exigen pagos anticipados que las empresas argentinas no pueden cumplir bajo la normativa actual. Esto no solo afecta la fluidez del comercio, sino que también daña la credibilidad del país en el exterior.
Flexibilización normativa y simplificación de trámites
En línea con la desregulación promovida por el gobierno, se han eliminado una serie de requisitos burocráticos que entorpecían las importaciones. Por ejemplo, ya no es necesario presentar declaraciones juradas de composición de productos o cumplir con normativas técnicas excesivas, como las relacionadas con el contenido de plomo en tintas.
Además, se ha establecido que, a partir de febrero de 2025, se aceptarán certificaciones internacionales para productos que antes debían ser ensayados y certificados en Argentina. Esta medida, que alinea al país con estándares globales, agilizará los procesos de importación y reducirá costos para los consumidores finales.
El acuerdo Mercosur-Unión Europea: un hito histórico
Uno de los logros más destacados del año fue la firma del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. Después de 25 años de negociaciones, este tratado representa un avance significativo para la integración comercial de la región. Aunque aún restan las ratificaciones por parte de los congresos de los países involucrados, el acuerdo abre nuevas oportunidades para las exportaciones argentinas y refuerza la posición del país en el mercado global.
Desafíos pendientes y proyecciones a futuro
A pesar de los avances, aún quedan desafíos por resolver. La normativa que regula los pagos de fletes internacionales sigue siendo un cuello de botella que afecta la competitividad del sector. Además, la eliminación del impuesto país y la reducción de aranceles plantean un nuevo escenario para la industria local, que deberá adaptarse a una mayor competencia.
En este contexto, es fundamental que el gobierno continúe trabajando en la simplificación de trámites y la eliminación de barreras burocráticas. Asimismo, es crucial avanzar en la resolución de problemas logísticos, como el de los fletes internacionales, para garantizar una operatoria ágil y eficiente.
Cierre
El primer año de la gestión de Milei ha sentado las bases para un comercio exterior más dinámico y competitivo. Sin embargo, el camino hacia la modernización plena del sector aún requiere de ajustes y reformas adicionales. Con un enfoque claro en la desregulación y la apertura comercial, Argentina tiene la oportunidad de posicionarse como un actor relevante en el escenario global. El futuro del comercio exterior en el país es prometedor, pero dependerá de la capacidad del gobierno y del sector privado para superar los desafíos pendientes y aprovechar al máximo las oportunidades que se presentan.